Este caso resalta el riesgo de nefrotoxicidad asociado con la coadministración de tenofovir disoproxil fumarato (TDF) y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), en particular diclofenaco. El paciente había tolerado TDF durante más de una década sin alteraciones renales, pero la aparición de insuficiencia renal aguda coincidió con el uso crónico de diclofenaco, y la función renal solo se recuperó parcialmente tras la retirada del fármaco.
El diclofenaco es un potente inhibidor del transportador renal MRP4, que participa en la secreción tubular activa y eliminación del tenofovir. La inhibición de esta vía puede aumentar de forma significativa el riesgo de nefrotoxicidad, especialmente con TDF, que alcanza concentraciones sistémicas y tubulares renales más elevadas en comparación con tenofovir alafenamida (TAF). Dado que TAF produce aproximadamente un 90% menos de exposición plasmática a tenofovir que TDF, el riesgo de nefrotoxicidad clínicamente significativa es sustancialmente menor con TAF.
Este caso subraya la importancia de considerar las interacciones farmacológicas mediadas por transportadores en la práctica clínica. En pacientes en tratamiento prolongado con TDF, el uso concomitante de AINEs como diclofenaco debe evitarse o monitorizarse estrechamente. El cambio a un régimen basado en TAF puede mitigar el riesgo de nefrotoxicidad, al tiempo que mantiene la actividad frente al VHB en personas con VIH y VHB.